ARCHIVO del patrimonio inmaterial de NAVARRA

Marcilla

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  • Denominación oficial:
    Marcilla
  • Tipo de localidad:
    Municipio simple
  • Censo:
    2.821 (2016)
  • Extensión:
    21.00 km2
  • Altitud:
    291 m
  • Pamplona (distancia):
    63.00 Km

Localidades dependientes:

Zona no vascófona.

 

Limita al N con Falces, al E con Olite y Caparroso, al S con Villafranca y al O con Funes y Peralta. Su término municipal es alargado y estrecho y se orienta arqueadamente de N a S; lo atraviesa de E a O por su parte meridional el río Aragón.

Casi en su totalidad, el territorio perteneciente a Marcilla está formado por los aluviones que en el Cuaternario fue dejando con sus inundaciones el Aragón. Dichos aluviones recubren los sedimentos continentales oligo-miocénicos típicos de la Ribera y se hallan escalonados en diversos niveles de terrazas. El punto más alto del término está a 374 m, en el N, y el más bajo en el Aragón, a unos 280 m.

Comunicaciones: Situado en la comarcal NA-128, Caparroso-Peralta, que cerca de Caparroso se une con la general N-121, Pamplona-Tudela.

Clima 

Los caracteres climáticos son inviernos fríos (media de enero 5, 4." C), veranos calurosos (media de agosto 22" C), precipitaciones escasas y aleatorias (460 mm de media al año), verano seco y cierzo frecuente. El clima es, en conjunto, claramente árido (evapotranspiración potencial media, unos 750 mm).

Flora

La vegetación natural es de tipo xerófilo.

HERÁLDICA MUNICIPAL. Hasta el año 1942 su sello y escudo eran cuartelados en cruz: 1º las cadenas de Navarra en oro. 2º una cepa. 3º un castillo. 4º una pilastra. En dicho año se tomó el acuerdo de cambiarlo, resultando el que usa en la actualidad. Trae de azur y un castillo en la parte superior. En punta una cepa con su fruto en su color natural. En bordura de gules las cadenas de Navarra que Sancho el Fuerte donó a Marcilla. En las vidrieras del palacio de la Diputación figura uno distinto. De azur y una escena bíblica en que la mujer pecadora es presentada a Cristo, surmontada en la palabra AVE en fondo de plata. Por timbre una corona abierta.

CASA CONSISTORIAL. Fue construida en el año 1980, sobre el solar resultante del derribo de otra anterior. Consta de cuatro cuerpos, con tres fachadas al exterior. En su fachada principal tiene un porche conformado por cuatro arcos iguales, separados por gruesos pilares. Los paramentos exteriores, construidos en ladrillo caravista, observan una perfecta simetría con suave juego de volúmenes en recercado de vanos, que se traduce en equilibrada armonía. Se desarrollan en el edificio otras actividades como biblioteca pública, hogar del jubilado, servicios de ATS y viviendas de funcionarios.El Ayuntamiento está formado por alcalde y diez concejales.

HISTORIA. Por los servicios de vigilancia que prestaba en el valle de Funes, el rey Alfonso el Batallador concedió a sus pobladores el libre aprovechamiento de aguas para hacer un molino (1102). Extendió después al lugar el derecho de Calahorra (1110); desarrollado posteriormente en el llamado fuero de Viguera y Val de Funes. Las rentas pertenecientes desde su fundación (1160) al monasterio de religiosas benedictinas, cuando éstas fueron desterradas (1407) pasaron al magnate Fierres de Peralta, que por donación de Carlos III era señor de la villa. Esta pasó ulteriormente a sus descendientes los marqueses de Falces.

Como señor de la villa, el marqués era quien nombraba el alcalde y los tres regidores hasta la primera mitad del XIX. En cambio, el cura vicario de la parroquia y sus dos beneficiados eran de provisión real y del cabildo de Barbastro, que tenía la calidad de abad de la villa y percibía por lo mismo la mitad de sus diezmos; la presentación la ejercía uno u otro según el mes en que se diera la vacante. Marcilla tenía privilegio de feria para los ocho últimos días de septiembre y en 1847 tenía escuela de niños, frecuentada por cuarenta y dotada con 2.000 reales, y escuela de niñas, con treinta y mil respectivamente. Para ir a Caparroso había puente, y barca para cruzar hacia Villafranca; los caminos principales, que se encontraban en buen estado, conducían a Villafranca, Peralta y Tafalla. Había una fábrica de jabón, un molino de harina y cuatro de aceite, la feria era del 29 de septiembre al 8 de octubre.

Como pocos pueblos de Navarra, Marcilla registró un espectacular desarrollo demográfico y económico durante el siglo XIX y el XX. Además de la vía férrea de Pamplona, con estación a dos kilómetros del pueblo, en los años veinte tenía una gran fábrica azucarera, expresión del auge remolachero de comienzos de siglo; sendas fábricas de alcohol y de harinas, dos de gaseosas y hielo, una de conservas vegetales y dos centrales eléctricas. Subsistía una fundación para el mantenimiento del hospital, presente desde antiguo en la vida de la villa. En 1912 se había formado la comisión local de la Cruz Roja, que contaba con numerosos socios y un moderno material sanitario. JÁG. Monasterio de Santa María: En este lugar la reina Sancha, esposa de Sancho VI el Sabio, fundó hacia 1160 un monasterio de monjas cistercienses. Según una confirmación de dicho monarca (1181) se le había dotado con la propia villa y poseía otros bienes en los valles de Guesálaz y Yerri, vendidos posteriormente a la corona (1252). Bajo el abadiado de doña Blanca, hija natural de Sancho VII el Fuerte, parece haber conocido la época de mayor esplendor. Posteriormente la disciplina conventual se fue relajando y los edificios quedaron casi abandonados, hasta que se produjo la disolución de la comunidad (1405) y la incorporación del monasterio al de la Oliva. Se convirtió así en un priorato de monjes de creciente importancia. Se le sumaron nuevas rentas (1422) y finalmente fue erigido en abadía (1605) de patronato regio; su abad formó parte desde entonces del brazo eclesiástico en las Cortes del reino. Una saneada economía permitió la construcción de nuevas dependencias (1755) y el abandono de las antiguas, en estado ruinoso. Las exclaustraciones de 1809 y 1820 establecieron sendos paréntesis en la vida conventual, que quedó definitivamente interrumpida con la supresión de la comunidad y la desamortización de sus bienes (1835). Los agustinos recoletos compraron luego las antiguas dependencias monásticas (1864) instalando en ellas un seminario de misiones.

CASTILLO. La fortaleza señorial que aún puede admirarse en el centro de la localidad se edificó, al parecer, en los últimos años del reinado de Carlos III el Noble. En 1424, este monarca dio a mosén Pierres de Peralta materiales para las obras, y poco después, mil libras con el mismo fin. Hacia 1429, Juan II y doña Blanca dieron al citado mosén Fierres el señorío de la villa. Desde que en 1513 Fernando el Católico instituyó el marquesado de Falces en favor de don Alonso de Peralta, fue este castillo núcleo y cabeza de dicho marquesado, uno de los estados o señoríos más importantes y dilatados del Reino. Es conocida la leyenda, según la cual la marquesa Ana de Velasco se enfrentó valerosamente en 1516 a las gentes de armas del coronel Villalba, impidiendo que se llevase a cabo la demolición de la fortaleza, decretada por el cardenal Cisneros. El castillo-palacio, hermoso ejemplar de fortificación gótica, fue construido en ladrillo sobre taludes de piedra, que pudieran datar de época anterior. Hacia 1980, el castillo fue adquirido por la Diputación Foral Para su restauración.

MONASTERIO DE SANTA MARÍA. El monasterio de Santa María es un conjunto arquitectónico en ladrillo construido en el último cuarto del s. XVIII, en un estilo barroco-clasicista. La iglesia, situada en el centro del complejo arquitectónico, tiene planta de cruz latina, con nave del crucero saliente y profunda cabecera rectangular. El crucero, con esquinas ochavadas, se cubre con cúpula semiesférica, mientras el resto de los tramos lo hacen con cúpulas elípticas rebajadas. Los muros aparecen recorridos por rítmicas pilastras pareadas en orden compuesto. Los sobrios motivos decorativos en estuco muestran una conjunción de lenguaje rococó y protoneoclásico, destacando los ángeles que sostienen cartelas rococó sobre las hornacinas de los chaflanes del crucero y las guirnaldas laureadas en torno a los óculos de iluminación. Los retablos, de la segunda mitad del siglo XIX, son de aire neobarroco. El mayor contiene una imagen gótica hispanoflamenca (segunda mitad del siglo XV) de la Virgen Blanca, de rostro dulce y ángulos plegados en la túnica, que presenta policromía barroca. La Iglesia parroquial de San Bartolomé es un edificio neoclásico (fines del siglo XVIII) que conserva en la nave los dos primeros tramos del edificio anterior protogótico, cu¬iertos con cañón apuntado, sobre arcos fajones. En su interior hay algunos retablos barrocos (s. XVII y XVIII) de escultura y pintura, dos tallas del s. XVI avanzado -una Virgen con el Niño y un Crucificado- y una imagen de la Virgen gótica arcaizante (s. XIII), modificada por la restauración. El castillo es de planta cuadrangular con muros de ladrillo sobre base de piedra. Tres torres en la fachada principal y tres menores en la parte posterior rodeadas por foso. En el interior hay un antiguo patio de armas.

ERMITA. La Ermita de Nuestra Señora del Plu se encuentra entre las casas del pueblo. La imagen es titular gótica, muy restaurada.