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Dicastillo

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  • Izendapen ofiziala:
    Dicastillo
  • Herri mota:
    Udalerri bakuna
  • Errolda:
    624 (2016)
  • Hedadura:
    33.00 km2
  • Garaiera:
    557 m
  • Iruña (distantzia):
    54.00 Km


Zona no vascófona.

Limita al N con Igúzquiza, Ayegui y Aberin, al E con Morentin, Oteiza (Baigorri) y Allo, al S con Sesma y al O con Arróniz y Arellano.
Su término se extiende en dirección NO-SE, desde los Picos de Montejurra (1.000 m) hasta Sorota (frontera con Allo, 484 m); desde esta zona el Municipio se desdobla en dos brazos, uno hacia el E hasta el río Ega (370 m) que sirve de frontera con Oteiza, y otro hacia el S hasta Cogote del Fraile (543 m), donde linda con Allo y Sesma y hasta la Peña del Sastre (551 m), donde limita con Arróniz y Sesma. Desde el punto de vista geomorfológico, los terrenos principalmente forman parte de la cobertera detrítica areniscoso-arcillosa y al S yesífera del Oligo-Mioceno, plegados en anticlinales y sinclinales suaves y erosionados, recubiertos parcialmente por los derrubios de los glacis de erosión y los aluviones del Ega y sus afluentes (San Martín, San Pedro, Espesuras y Río Mayor).

Clima 

Clima y vegetación tienen afinidades submediterráneas en Montejurra, y en la mayor parte del término mediterráneas. Los principales valores climáticos medios anuales varían con la altura y orientación del relieve entre 8°-12° C de temperatura, 500 a 1.200 mm de precipitaciones, caídas en 60 a 100 días, y 600-725 mm de evapotranspiración potencial.

Flora

Sólo quedan 25 Ha de encinar, el robledal ha desaparecido prácticamente, y se han repoblado con pinos (laricio y halepensis) poco más de 100 Ha.


HERÁLDICA MUNICIPAL. Trae de plata y tres castillos al natural. Algunos autores ponen cinco castillos en sotuer, en lugar de tres.

CASA CONSISTORIAL. El edificio del Ayuntamiento viejo tiene dos cuerpos, el primero de sillar con puerta de acceso y grandes dovelas y el segundo de mampostería, con ventanas adinteladas. En la clave del arco de entrada hay un escudo de la Villa, ejecutado en 1573. La Casa Consistorial actual se construyó hace cuatro años, y cuenta con tres plantas. La fachada está revocada y pintada, y los recercados de balcones, ejecutados en piedra. El Ayuntamiento está regido por alcalde y seis concejales.

 

HISTORIA. En su término se encuen­tra
el yacimiento protohistórico de
San Isidro, también se halló una inscripción
romana.

Antiguo lugar de señorío realen­go, documentado
va en 1407. Sede a finales del siglo XII  de una de las tenencias o distritos del reino.
El monasterio de Irache desde el siglo XI, yel de Iranzu y los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, en la centuria siguiente, poseyeron hereda­des en su término. El rey Carlos II lo dio a perpetuo (antes de 1387) a Juan Martínez
de Medrano, pero el príncipe Carlos de Viana lo incluyó jurisdiccionalmente en el condado de Lerín (1448), al que perteneció hasta la primera mitad del siglo XIX.

En 1847 tenía
dos escuelas, una de niños, a la que concurrían 40 y cuyo maestro percibía 2.400 reales al año, y otra
de niñas, a la que asistían 50 y cuya maestra
recibía 1.600. Todos
los caminos eran
locales y de herra­
dura. Tenía sobre el Ega un molino harinero con dos piedras, y cuatro de aceituna. Exportaba cada año unos 12.000 cántaros de vino, 300 arrobas de aceite
y 6.000 robos de
trigo, que eran sus principales pro­ducciones.
En los años 20 de nuestro siglo
contaba
con dos molinos de aceite.

Dicastillo contó con un Hospital, la Cofradía
de San Julián y Santa
Basilisa se encargó de su cuidado y manutención. En
las constituciones aprobadas el 29 de
diciembre de
1653 se recogieron los
pormenores
para la admisión de enfermos en el Hospital, así como para el cuidado de los mismos fuera de dicho
esta­blecimiento.

CASTILLO. Ya en el siglo XII Dicas­tillo era una tenencia o
distrito, su gobernador tenía atribuciones
civi­
les y militares. Constan los
nombres
de algunos de ellos: García de
Baz­
tán en 1190, Gómez Garceiz en 1205, Pedro Garceiz de Arróniz en 1222, Juan Pérez de Lodosa en 1237, y varios
otros. En 1273 Pedro Sánchez
de Monteagudo permutó con el rey Enrique I la villa y torre de Dicasti­llo por la de Beriain. Sus hijos Juan y Milia Sánchez percibieron en 1281 la
cantidad de 3.000
libras en com­pensación de los bienes cedidos al patrimonio real. Posiblemente el castillo se trataría de una simple to­rre defensiva, como la que todavía se conserva en pie a la entrada de Arellano.

Enlaces a archivos de interés:

Archivo General y Real de Navarra

 

  
Archivo General y Real de Navarra 

 
 Archivo diocesano 

  
Archivo Diocesano del Arzobispado de Pamplona y Tudela

Portal de Archivos Españoles (PARES)     Portal de Archivos Españoles (PARES)

 

Enlaces a hemerotecas de interés:

Diario de Navarra    Hemeroteca del Diario de Navarra

 
Diario de Noticias   

   Hemeroteca del Diario de Noticias

 
Berria 

   Hemeroteca del Berria

 
Hemeroteca de la Biblioteca Nacional    Hemeroteca de la Biblioteca Nacional

 

Parroquia de San Emeterio y Celedonio. Se levanta en el cen­tro del casco urbano. Es una fábrica construida en el siglo XVI según el estilo Reyes Católicos. Tiene una planta de cruz latina con crucero no destacado: la nave dividida en tres tramos culmina en cabecera penta­gonal, y a ella se abren en el tramo anterior al crucero sendas capillas cuadrangulares. El conjunto se cu­bre con unas bóvedas estrelladas cu­yos nervios descansan en ménsulas cilíndricas, cónicas y aveneradas.

Los exteriores del templo han si­do transformados en el siglo XV-XVIII, al adosarle un largo pórtico de arcadas a los pies que se prolon­gan por los laterales. La torre barroca se hizo a la vez que el pórtico, y arranca del arco central del mismo. Sigue una tipología muy difundida en la zona. Los distintos cuerpos, separados por cornisas muy moldu­radas, se suceden escalonadamente, contribuyendo a su enriquecimiento lo arcos, jarrones y placados. El cuerpo de campanas tiene planta oc­togonal. Estas obras llevadas a cabo en los exteriores durante el siglo XVIII, aunque importantes, no des­virtuaron totalmente la fábrica rena­centista, conservándose todavía al­gunos fragmentos de frisos con bolas Reyes Católicos.

Del tesoro artístico que conserva la parroquia en su interior destaca la Virgen de Irache. Era la antigua ti­tular del vecino monasterio benedic­tino de Irache. En 1843 o 1844, a raíz del decreto de desamortización, fue trasladada a Dicastillo, cuya parro­quia sigue presidiendo. Es una ima­gen sedente de la Virgen con el Ni­ño, de madera cubierta con chapa de plata, salvo las manos y rostro. Cronológicamente cabe situarla en­tre los años finales del siglo XII o los comienzos del siguiente. La Virgen sigue la iconografía típica del romá­nico como Virgen Majestad o Trono de la Sabiduría. Particular interés ofrecen las vestiduras, sobre todo las de María, con túnica, sobre túni­ca y manto, que caen en elegantes pliegues circulares y que se diferen­cian cada una por la cenefa, decora­da por una retícula de rombos. El velo cubre la cabeza de la Virgen y enmarca su rostro; sobre la nuca se recoge en un original nudo que deja caer un extremo. Esta misma solución se observa en Santa María la Real de Pamplona y en la Virgen de Rocamador de Estella. Por su parte las vestiduras del Niño son más sen­cillas, ya que únicamente viste túni­ca y manto. Los rostros de las dos figuras dibujan un óvalo casi perfec­to en el que destacan los grandes ojos.

La Virgen preside el retablo ma­yor, que como otros muchos de esta iglesia procede del monasterio de Irache. Su estilo romanista remite a los años iniciales del siglo XVII y se le atribuye al escultor Juan III Im­berto. El artista aprovechó el banco, así como los dos cuerpos del retablo con sus tres calles y dos entrecalles, además el ático, para narrar escenas relacionadas con la Virgen, desta­cando por su delicadeza los relieves del banco, dedicados a la Infancia de María.

Abundan en esta parroquia los re­tablos de estilo manierista, propios de la primera mitad del siglo XVII, con gran pureza de líneas y sobria­mente decorados por roleos, gallones o puntas de diamante. Algunos, como el del Rosario, el del Crucifi­cado o el de la Virgen del Perpetuo Socorro, formaban parte del ajuar litúrgico de Irache. En el retablo de la Virgen del Rosario destaca la ar­queta que contiene las reliquias de San Veremundo. La pieza la encar­gó el abad Fray Antonio Comontes en 1583 al escultor de Estella Pedro de Troas, quien esculpió en sus fren­tes y cubierta distintos pasajes de la vida del santo, con un estilo de com­promiso entre el expresivismo del Primer Renacimiento y la fuerza del Romanismo. Entre las piezas barro­cas de la parroquia destaca una In­maculada que se venera en su reta­blo. Dentro de las artes suntuarias hay que citar un terno rojo de co­mienzos del siglo XVIII y estilo ba­jorrenacentista.

Ermitas. En lo alto de un monte, dominan­do el pueblo, se alza la Ermita de la Virgen de Nieva, construida en el siglo XVI v reformada en el XVIII. La planta es de cruz latina, mientras que la cubierta de aristas y cúpula corresponden a la reforma barroca. 

Arquitectura civil: El enclave de la villa, ligeramente elevado, condicio­na su peculiar urbanismo, distribuyéndose el caserío en tres barrios. Uno en alto, otro en una zona intermedia y otro en la parte baja. Se impone que unos y otros se comuni­quen por calles en cuesta o por lar­gas escalinatas, que le dan un carác­ter especial. A la calle Mayor, una de las vías principales, dan casas cu­ya tipología será característica de la población, con dos cuerpos y co de sillarejo y sillar en los vanos y en cadenas en las esquinas. A la facha­da se abren vanos adintelados, enri­queciéndose muchas de ellas con os­tentosos escudos de distinta crono­logía, al incluir desde el siglo XVI al XIX. Merece mencionarse un pala­cio renacentista de la segunda mitad del siglo XVI, localizado en la calle Matadero, en muy mal estado de conservación. Sin embargo, todavía mantiene las pilastras que centran la puerta, así como una lápida sobre cartela de cueros retorcidos.

El pa­lacio de la Condesa de Vega del Po­zo, construido por el arquitecto Má­ximo Goizueta a finales del siglo XIX, es del más puro estilo neogóti­co. Presenta una enorme fachada a la que se adosan dos torres almenadas y que se enriquece con un osten­toso escudo con las armas condales. En el interior destaca el detallismo con que se tratan los motivos orna­mentales, sobre todo en la escalera y chimeneas.