ARCHIVE of the immaterial heritage of NAVARRE

Javier

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  • Official name:
    Javier
  • Other denominations:
    Xavier (navarroaragonés) Xabier (euskera)
  • Type of locality:
    Simple municipality
  • Census:
    107 (2016)
  • Extension:
    46.00 km2
  • Altitude:
    448 m
  • Pamplona (distance):
    52.00 Km



Zona no vascófona.

Limita al N con el municipio de Yesa, al O con el de Liédena y el río Aragón, al S con el de Sangüesa, y al E con la provincia de Zaragoza. El relieve es poco accidentado, configurado a modo de pequeña depresión, abierta hacia el río Aragón por la acción erosiva del barranco de Undués en las arcillas del Oligoceno. Como tal se halla rodeada por el Alto de Santa Cruz al N (853 m) y el Castellar al S (612 m) constituidos por areniscas del mismo período. Los depósitos aluviales en a margen izquierda del río Aragón ocupan poca extensión y constituyen la zona de relieve más suave y adecuado para la agricultura.
 

Clima 

El clima es de gran influencia mediterránea, como lo demuestran los abundantes carrascales (451 Ha), que dejan paso a los quejigos y coníferas en las umbrías más elevadas. Hay 272 Ha, repobladas en su mayoría son pino de Alejo y laricio de Austria. Los valores climáticos más representativos son: 13,5ºC de temperatura media anual, 700 mm de precipitaciones, repartidos a lo largo le 80 días, y 725 mm de evapotranspiración potencial.

 

 

Heráldica municipal

En el Libro Antiguo de los Escudos de Navarra se describe así: "Fajado de una faja jaquelada de oro y sable de ocho puntos, el jefe de gules cargado de un creciente ranversado de plata sobrepuesto a otro mayor de oro y sable, la punta de plata. Bajo la faja un ceñidor de una sola fila de jaqueles de oro y sable contrapuestos a los de la "faja". Quizás sea éste uno de los blasones mejor conocidos del mundo, ya que aparece ampliamente reproducido en estampas, insignias, medallas, etc. No obstante en la alcaldía de Javier se ha venido usando un sello con las cadenas de Navarra.

Historia

En su término se localiza una serie de asentamientos arqueológicos en La Tejería, Monte de Peña y el Castellar. Entre los hallazgos sueltos destacan una serie de hachas pulimentadas de la Edad del Bronce, un fragmento de miliario y una estela funeraria decorada, ambos de época romana.
El primer asiento fue el castro conocido como «el Castellar», poblado de la Edad del Hierro (siglos V al III a.C.) habitado hasta tiempos alto-medievales. Más abajo se construyó una torre de señales a finales del siglo X o principios del XI. En torno a ella se fueron edificando los diversos cuerpos del actual castillo, denominado Echeverría o Exavierre (casa nueva). En 1092 la fortaleza estaba encomendada al tenente de Aibar. En el siglo XIII se completó la construcción del castillo, calificado de manerium, centro de un señorío que era propiedad de la familia Ladrón, muy arraigada en val de Aibar. Don Ladrón lo empeñó al rey Sancho VII el Fuerte por dos años a cambio de cierto préstamo. Lo debió de recuperar y luego lo traspasó al infante Fernando de Aragón, quien a su vez volvió a empeñarlo y por las mismas causas al monarca Navarro (1223). Luego, Teobaldo I lo cedió de por vida al caballero Adán de Sada a cambio de la prestación de vasallaje (1237). Un familiar suyo, Martín Aznárez de Sada, entregó al rey el lugar de Ordoiz (Estella) y recibió a cambio el castillo, la abadía, y toda la villa de Javier
Desde entonces fue señorío patrimonial del linaje de los Sada o Aznárez de Sada, los cuales prestaban vasallaje a los reyes navarros por él. En 1329 los reyes Juana II y Felipe III les concedieron el privilegio de inmunidad. Perteneció efímeramente a Alfonso de Artieda a mediados del siglo XV, pero los Sada, que militaban en el bando agramontés, lo recuperaron por la fuerza (1456). La última representante del linaje, Juana Alfonso o Aznárez de Sada, casó con otro cabecilla agramontés, Martín de Azpilcueta. María, hija de ambos, se unió a Juan de Jaso y de este matrimonio nació san Francisco Javier, alumbrado en el castillo el 7 de abril de 1506. La oposición de la familia a la incorporación de Navarra a Castilla (1512-24) acarreó la demolición de las estructuras militares y defensivas del castillo por orden del cardenal Cisneros (1516).
Felipe IV (VI de Navarra) elevó el término al rango de condado de Javier, en beneficio de sus antiguos señores. El último Javier varón -Miguel de Xavier- había legado el señorío a su hija Ana que, al casar con Jerónimo de Garro, vizconde de Zolina, había vinculado el lugar a este linaje. Un nieto de ambos, Juan de Garro -hijo de León de Garro y Xavier-, fue el primer conde de este nombre. En 1622 había sido canonizado San Francisco Javier.
El linaje de Javier continuó luego acumulando títulos nobiliarios: el marquesado de Cortes, el ducado de Granada de Ega, el de Luna, el de Villahermosa, etc. La vinculación del lugar al linaje se mantuvo -en el orden administrativo- hasta la revolución liberal de la primera mitad del siglo XIX, en que los señoríos desaparecieron y los títulos perdieron sus capacidades jurisdiccionales.
La propiedad duró mucho más: hasta 1889, en que la duquesa de Villahermosa, Carmen Azlor de Aragón, legó el castillo y todas sus tierras a la Compañía de Jesús e inició los trabajos de restauración M¬riano Larumbe. Desde el siglo XVII habían surgido entre los jesuitas diversos proyectos para dar vida espiritual más amplia y resonante al lugar del santo, y el testamento de la duquesa lo permitió. Para 1912 ya se hallaban en pie la residencia y el colegio de jesuitas y misioneros, la de las siervas de María y una casa hospedería, además de la basílica.
La actividad económica más importante durante el siglo XIX fue el cultivo de cereales y algo de ganadería. También existía una salina.

Castillo-Palacio

El origen se pierde entre los siglos X y XI, en cuya época era una torre aislada, concebida como atalaya de vigilancia, más que como construcción propiamente defensiva. En 1223 el rey Sancho el Fuerte recibió en prenda la fortaleza, de manos del infante de Aragón, por un préstamo que le hizo de 9.000 sueldos. Aquella cantidad no sería restituida y el castillo quedó para Navarra. Teobaldo I lo encomendó al caballero Adán de Sada el año 1236, y posteriormente, en 1252, a don Martín Aznárez de Sada. En 1474 recayó en don Martín de Azpilcueta, por su matrimonio con doña Juana Aznárez de Sada; su hija doña María de Azpilcueta casó con el doctor Juan de Jaso, del Real Consejo, y fueron padres de Francisco de Jaso y Azpilcueta, San Francisco Javier, Patrón de Navarra, que nació entre estos muros el año 1506.
Alrededor de la torre primitiva, llamada luego de San Miguel, fueron edificándose en los siglos XIII y XIV distintos recintos y elementos defensivos que poco a poco conformaron la estructura actual del castillo. El llamado polígono delantero alojaba las estancias señoriales, quedando el zaguero o trasero, al otro lado del patio de armas, para bodegas y graneros. En el siglo XV se añadió la torre poligonal llamada de Undués, con matacanes y saeteras. En el flanco opuesto, contigua a la basílica, se alza la torre del Cristo, que alberga la antigua capilla del castillo.
Tras la conquista de Navarra por Fernando el Católico, en 1516, por orden del Cardenal Cisneros, fueron arrasados los muros del recinto exterior que rodeaba el núcleo principal. Las torres fueron rebajadas, cegados los fosos con la piedra de las almenas y adarves, e inutilizados los matacanes y saeteras. Se hizo del castillo lo que entonces llamaban «casa llana», convirtiéndolo en un palacio o casona señorial, desprovisto de elementos de fortificación, perteneciente a los vizcondes de Zolina. Don Juan de Garro y Javier, poseedor de dicho título, fue promovido a conde de Javier por Felipe IV el año 1625. En el apeo de 1637 figura ya Javier como palacio de cabo de armería. En 1645, el segundo conde, don Bernardo de Garro y Javier heredó la merced de acostamiento que gozaba su padre, de 50.000 maravedís, aumentada en otros 30.000. Más tarde, el título de Javier quedaría vinculado a la casa ducal de Villahermosa. En 1892, el castillo sufrió una desacertada restauración, que vino a borrar lo que quedaba de auténtico en su maltratada fábrica. Dos años después se edificó -inadecuadamente adosada a los muros del castillo- una costosa capilla de estilo neogótico, con su cripta para el enterramiento de los duques patrocinadores de las obras.
Modernamente, a partir de 1952, se llevaron a cabo importantes obras de restauración, encaminadas a devolver en lo posible al castillo su antigua fisonomía guerrera. Al propio tiempo, una cuidadosa labor de excavación dio como resultado la recuperación de los fosos y murallas del recinto exterior. En este sentido, hay que resaltar los trabajos e investigaciones del historiador y castellólogo jesuita, J.M. Recondo.

 

 

Iglesia parroquial de la Anunciación

Sustituyó a finales del siglo XVII a otra anterior medieval. Junto a ella, y contemporánea suya, la antigua casa abacial hace ahora funciones de monasterio. Una y otra forman una pequeña plaza cerrada por tres lados. El templo es de nave única, cubierta por bóveda de cañón con lunetos. Ocupa la cabecera plana un retablo rococó de arquitectura simple y abundante decoración. Varios lienzos se distribuyen en el banco, las tres calles y coronamiento. Los de San Ignacio y San Francisco Javier, a los lados del de la Anunciación son excelentes copias de originales de Rubens, lo mismo que un Crucificado, situado en el ático. Sobre el sagrario, en una hornacina, se venera una talla de la Virgen con Niño, del siglo XIII. La pila, donde fuera bautizado San Francisco Javier, es de piedra, del siglo XV. Su copa es octogonal con decoración de discos. 
En la torre del Cristo del castillo se halla la escultura tardogótica del Crucifijo milagroso, en una pequeña capilla con pinturas murales de la danza de la muerte. La torre del homenaje, o de San Miguel, con planta rectangular, tiene bloques ciclópeos en la base. En el muro que la circunda se ve aparejo de "opus spicatum". Sobre la puerta principal de acceso, de grandes dovelas, están esculpidos, entre ángeles tenantes, los escudos heráldicos de Juan de Jaso y María de Azpilcueta, padres de San Francisco Javier. 

El castillo conserva numerosas obras de arte y documentos de interés

En la Sala Grande se encuentran: Tabla de la Sagrada Familia, Anónimo; Magdalena Penitente, atribuida a Morales; Cristo Crucificado de Murillo; La Virgen dando de mamar, Escuela Veneciana; La Virgen con el Niño, Escuela Flamenca; El Buen Pastor, marfil indocristiano, siglo XVII, venerado en la antigua capilla del Castillo y un San Francisco Javier, talla de madera de la escuela castellana así como mobiliario de época. En la pinacoteca se ubican: San Francisco Javier, de Elías Salaverría 195?: San Francisco Javier agonizando, Escuela de Murillo; San Francisco Javier con la azucena, influencia de Zurbarán, según Sánchez Cantón: San Francisco Javier agonizando, cobre, anónimo; San Francisco Javier resucitando un muerto, fragmento de retablo: dos acuarelas del Castillo, fachadas N y S, por el Marqués de Villa Antonia; Retratos de los Duques de Villahermosa de Ricardo Madraza: La Adoración de los Magos, retablo de alabastro policromado, siglo XV: cuatro Bocetos de Doctores, atribuidos a Maella, o a Bayetu tres cuadros de San Pedro, San Pablo v San Jerónimo, de Tiarini: Samaritana el Noli me tangere, escuela flamenca Virgen con el Niño, San Ildefonso y San Jerónimo, anónimo. San Antonio de Padua, de Coello, San Ildefonso de Carreño: la Virgen, de Maella: San Vicente Mártir, de Juan de Juanes: la Virgen dando el pecho, escuela de Carreño: San José con el Niño y San Juan, anónimo: una copia del Cristo de Velázquez. Ocho cuadros con escenas de la Infancia de Jesús, escuela flamenca, siglo XVI: Tránsito de San José, de Herrera Barnuevo; San Juan Bautista Niño, escuela bolonesa; Virgen y San Bernardo, siglo XV: Virgen con el Niño y Santos, copia de Rafael: Virgen con el Niño, cobre, de Luis Caracci; San Sebastián mártir, de Guerecino: El Beso de Judas, escuela holandesa; San José Pignatelli, anónimo; Virgen d eVeruela, de Valeriano Bécquer; una cabeza de escuela lombarda; Sagrada Familia, escuela de El Greco; Vieren del Pilar, escuela de Maella; Rendición de Breda, de Lucas (?); Anunciación, de Elisabela Frani: Santa Teresa de Jesús, anónimo; Magdalena en la cueva, escuela española, siglo XVIII; Virgen con el Niño, escuela de Morillo; Virgen con los ángeles coronándola, de Tiarini; Virgen con el Niño, escuela de Carlos Morata; Virgen con el Niño, cobre, anónima; Glorificación de San Ignacio de Loyola, escuela de Tiépolo; dos tablas de La Virgen con los Misterios del Rosario. de escuela flamenca; La Magdalena, escuela de Bayeu; Cristo Nocente, moderno, anónimo; y Santa Isabel de Hungría, copia de Morillo. La estancia se halla decorada por mobiliario de época.En la Sala de Capellanes se conserva una carta autógrafa de San Francisco Javier, la Ejecutoria de 1a Hdalguía de una rama de los Jaso en Méjico; Cartas de San Francisco Javier, Alcalá 1575; El Príncipe del Mar, El Peregrino Atlante San Francisco Xavier Apóstol del Oriente, Francisco de La Torre, 1670. Xavier despierto, Xavier dormido, 1696. El Sol del Oriente San Francisco Javier, Francisco Ramón González, 1687; San Francisco Javier agonizando, cera flamenca del siglo XVIII; San Francisco Javier con la azucena, procedente del Palacio del Doctor Navarro, siglo XVII; casulla y dalmáticas, 1622; y una Inmaculada, talla procedente de la antigua capilla.En el Corillo del Cristo se halla una campana gótica de Xavier, del siglo XV, y otra del siglo XVII.