ARCHIVO del patrimonio inmaterial de NAVARRA

Genevilla

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  • Denominación oficial:
    Genevilla
  • Tipo de localidad:
    Municipio simple
  • Censo:
    73 (2016)
  • Extensión:
    8.00 km2
  • Altitud:
    627 m
  • Pamplona (distancia):
    80.00 Km



Zona no vascófona.

Limita al N y E con Santa Cruz de Campezo (Alava), al S con Aguilar de Codés y al O con Cabredo y Bernedo (Álava).
El término municipal está incluido en la depresión tectónica del alto Ega. Consta de dos alineaciones montañosas, una al NO y otra al SE separadas por otra llana. La alineación montañosa noroccidental corresponde al afloramiento de los conglomerados oligocénico-miocénicos y culmina a 839 m en Mondaliendres. La suroriental está formada por sierra Chiquita (994 m) y la parte SO de Peña Humada, que culmina a 1.153 m. Geológicamente corresponde al afloramiento, realzado por falla, de las calcarenitas y calizas del Cretácico Superior de todo el sistema montañoso, que se podría conocer con el nombre genérico de serranía de Yoar. Finalmente, la depresión se halla colmada con materiales detríticos pliocénicos.
 

Clima 

El clima ofrece diversos aspectos, según la orientación y altitud del relieve. En general es de tipo mediterráneo en el NO, submediterráneo en el centro y subatlántico en el S (sierra Chiquita). Los valores meteorológicos medios anuales más representativos son: 9º-12º C de temperatura, 800-1400 mm de precipitaciones, caídas en 80-100 días, y 650-725 mm de evapotranspiración potencial.

Flora

De acuerdo con las variaciones que sufre el clima, la vegetación natural ofrece importantes superficies de encinar (390 Ha) y hayedo (278 Ha).

HERÁLDICA MUNICIPAL. Trae de gules y una paloma de plata posada de perfil, surmontada de un creciente ranversado, también de plata. Así aparece en las vidrieras del palacio de la Diputación.

CASA CONSISTORIAL. Construida hacia 1890, tiene un sólo cuerpo en forma rectangular. Tuvo sede anterior en un edificio cuya planta baja se dedicaba a la ermita de Nuestra Señora de Loreto. El ayuntamiento está regido por alcalde y cuatro concejales.

HISTORIA. Antiguo lugar de señorío realengo en cuyo término existía en 1182 una iglesia dedicada a San Ju­lián. Se denominó en la Edad Media Uxanavilla. Para remediar su aban­dono, se concedió a sus repobladores el fuero de Laguardia (1279), imponiéndoles   un censo anual de dos sueldos por cada casa; al año siguiente abonaron por este concepto la total de 150 sueldos. Vistos luego los inconvenientes de su em­plazamiento, se les autorizó a ocu­par el Pueyo de Riba (1300). Tras rebajar sus prestaciones, el rey Carlos II acabó otorgando a sus veci­nos el privilegio de franquicia colectiva (1424).

Formó parte del valle de Aguilar hasta 1845, en que se convirtió en ayuntamiento enteramente separado. Hasta entonces, no obstante, había sido gobernada por alcalde propio, que nombraba el virrey a propuesta de los vecinos. En 1850 tenia escuela y molino harinero. En los años veinte de nuestro siglo los molinos eran dos. En 1822-1823 Ge­nevilla fue segregada de Navarra e incorporada a Álava, con otros términos navarros, como consecuencia de la reorganización provincial que aprobaron las Cortes españolas en la primera de ambas fechas; pero en 1823, al derogar Fernando VII (III de Navarra) toda la legislación de esas Cortes, Genevilla volvió al rei­no.

Dentro del casco urbano se localiza la parroquia de San Esteban, antigua construcción protogótica de hacia 1200 que sufrió una importante transformación a mediados del siglo XVI. Esta le confirió el actual aspecto gótico-renacentista. Del templo medieval permanece la planta de amplia nave de dos tramos y profunda cabecera poligonal. En alzado tanto las finas columnillas del ábside como los soportes del arco triunfal con la columna central y dos más pequeñas acodilladas corresponden a la iglesia primitiva. Por el contrario la cubierta, de terceletes sobre la nave y estrellada en la capilla mayor, al igual que las ménsulas con bolas Reyes Católicos es producto de la reforma del siglo XVI. A comienzos de la siguiente centuria se inició una nueva fase constructiva con el levantamiento del coro y la sacristía. La portada del templo constituye un testigo más de la fábrica medieval; está formada por un arco apuntado que abocina en seis arquivoltas, sucediéndose de forma alternativa las lisas y las decoradas. Las arquivoltas apoyan en columnas con capiteles vegetales, muy esquemáticos, sobre los que se dispone a manera de cimacio una imposta corrida.

Pieza notable es el retablo mayor de estilo expresivista propio del segundo tercio del siglo XVI. Como autor se le ha venido considerando al escultor Andrés de Araoz, residente en Genevilla en 1563, no obstante, algunos críticos son partidarios de ponerlo en relación con el círculo el también escultor Arnao de Bruselas. En esta obra se aglutinan influencias de Berruguete y Joly; por otro lado, la riqueza imaginativa desplegada en la decoración de la mazonería recuerda a Forment en el retablo de Santo Domingo de la Calzada. La arquitectura del retablo, con banco, tres cuerpos de cinco calles y ático constituye un espléndido marco para la rica iconografía de tallas y relieves, algunos casi de bulto como los grupos del apostolado situados en el primer cuerpo. Esto junto al Calvario y la imagen del titular, San Esteban, de delicado rostro, destaca como lo más sobresaliente del conjunto. Son figuras fuertemente expresivas, con rostros de pómulos marcados, cabellos nerviosos y ropajes dinámicos, que caben relacionar con la obra de Arnao, mientras que el resto del retablo ofrece una calidad más desigual, pudiéndose atribuir a Andrés de Araoz o a su círculo. Aunque algo retocada en el Barroco, la policromía original que conserva el retablo es una nota más de su riqueza y decorativismo. Forma parte de un interesante grupo de retablos, relacionables tanto en la traza como en su alta calidad artística, como son los de Lapoblación, el Busto y Armañanzas.

La iglesia conserva otro retablo, el de San Juan Bautista, de igual cronología y estilo que el mayor, plateresco del segundo tercio del siglo XVI y también atribuido a Andrés de Araoz, aunque últimamente, al menos parte de la escultura, se la adjudica a Arnao de Bruselas. Mayor avance dentro del Renacimiento denotan los restantes retablos, el dedicado quizá a Santa Úrsula, el de la Virgen del Rosario y el de San Lorenzo, que ya presentan una traza y escultura manierista de la primera mitad del siglo XVII. La Virgen del Encinedo que se custodia en la parroquia, antigua titular de su ermita, es una talla gótica de comienzos del siglo XIV que sigue el modelo de Andra Mari. Entre las piezas de orfebrería destaca un copón renacentista perteneciente a la segunda mitad del siglo XVI, con caja poligonal articulada en sus frentes por balaustres y decorada por grutescos y guirnaldas.

Tanto la ermita de la Virgen de Loreto como la de Nuestra Señora del Encinedo, tienen un origen medieval, si bien sufrieron importantes reformas en épocas posteriores.