ARCHIVO del patrimonio inmaterial de NAVARRA

Caparroso

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  • Denominación oficial:
    Caparroso
  • Tipo de localidad:
    Municipio simple
  • Censo:
    2.677 (2016)
  • Extensión:
    80.00 km2
  • Altitud:
    304 m
  • Pamplona (distancia):
    56.00 Km

Localidades dependientes:

Páginas

Zona no vascófona.

Limita al N con Olite, al E con Murillo el Cuende, al S con las Bardenas Reales y al O con Villafranca y Marcilla. Su término está atravesado de E a O por el Aragón, que describe un trazado meandriforme y lame la colina en una de cuyas laderas se asienta el pueblo. De N a S se distinguen las siguientes unidades geomorfológicas: las terrazas fluviales de la orilla derecha del Aragón, comprendidas entre la plana de Olite y la acequia del Río Saso Í360-320 m); la baja llanura aluvial (300-310 m), que abarca desde aquí hasta el río Aragón y se halla ocupada por un viejo y rico regadío; y una serie de serrezuelas y crestas de pendientes transversales asimétricas, separadas por vales, unas y otros orientadas de NO a SE; la erosión modeló este relieve, que culmina a 444 m en el vértice Masadas, a expensas de un anticlinal de núcleo yesífero y carácter halocinético.

Comunicaciones: Carretera nacional N-121, Pamplona-Tudela.

Clima 

El clima es de tipo mediterráneo-continental, con inviernos fríos (4,9° C de media en enero) y veranos cálidos (23,9° C de media en agosto), lluvias escasas (424 mm anuales caídos en unos 65 días) e irregulares y aridez (alrededor de 750 mm de evapotranspiración potencial) acentuada por el soplo frecuente de! cierzo. Fuera del río Aragón, que aquí tiene un caudal medio de 81 m3/s, sólo hay barrancos que han excavado valles anchos llamados en navarro-aragonés vales.

Flora

Unas alamedas y casi 200 Ha de pinar (en su mayor parte de repoblación) son los únicos paisajes arbolados de este pueblo.

HERÁLDICA MUNICIPAL. Trae de gules y un puente de varios arcos de oro, sumado en el flanco siniestro de una ermita. Todo sobre ondas de plata y azur. Este es su sello y escudo actual y representa al puente que salva el río Aragón. En el siglo XIII usaba un sello céreo que representaba un álamo con tres ramas terminadas cada una en una gran hoja. Abellá, en su Diccionario Geográfico de España, lo explicaba en 1802: «Hay un soto llamado de la Lobera que abunda en álamos y es tal su espesura que se crían en él muchos lobos».

CASA CONSISTORIAL. Tuvo Casa Consistorial, ya derruida, en la parte antigua de la Villa, en la Plaza Vieja, junto a la iglesia. La actual, situada en al zona de ampliación de la Villa, fue construida hacia 1958, en ladrillo caravista. Consta de planta baja con arquería en la fachada y 3 elevadas. El Ayuntamiento está regido por alcalde y diez concejales.

HISTORIA. Fue durante el siglo XI un notable bastión de la monarquía pamplonesa frente a los dominios musulmanes. El rey moro de Zaragoza Al-Muqtadir, que había ocupado la plaza, la devolvió al rey Sancho IV de Peñalén (1073), a cambio del castillo de Tudején. Su iglesia fue cedida por el obispo Pedro de Roda al monasterio de Santa Fe de Conques (1092). El rey Pedro I concedió a sus pobladores un fuero con privilegios propios de los lugares fronterizos (1102). Fue luego, sin embargo, villa y señorío realengo. Debía en 1280 como pecha 1.000 sueldos, más 250 cahíces de trigo y otros tantos de cebada y avena. Los soberanos Juana II y Felipe III liberaron (1332) a sus vecinos de las labores de mantenimiento del recinto fortificado. Estos últimos cedieron a los de Tafalla parte de sus derechos de aprovechamiento de las aguas del río Cidacos (1227 y 1325). Carlos II asignó al monasterio de Santa María de la Oliva 50 cahíces sobre la pecha de la villa a cambio de ciertas heredades (1350). El mismo monarca concedió todas sus rentas y el bailío a Juan de Enexorbues (1365). Carlos III dio el lugar a su hijo bastardo Godofre (1414). El príncipe Carlos de Viana lo otorgó con la jurisdicción baja y mediana a Juan de Cardona a cambio de 8.100 florines (1447), pero Juan II lo reintegró y vinculó perpetuamente a la Corona (1451). La princesa Leonor concedió a sus vecinos el disfrute de la Bardena como recompensa de los servicios prestados a la facción agramontesa (1472).

En la Edad Moderna su historia principal es la general de Navarra. El puente que la villa tenía sobre el río Aragón fue arruinado en su mayor parte por la crecida de 1787; pero en 1802 acababa de reedificarse a expensas de la Diputación del reino, que había dirigido las obras. Contaba con un molino harinero sobre el río, otro de aceituna, una fábrica de salitre y una cantera de yeso; era considerable el número de cabezas de ganado lanar y vacuno y la abundancia de esparto daba ocupación a muchos vecinos que se dedicaban a trabajar todo género de esteras. Antes de la de 1787, había habido otra avenida de aguas importante a comienzos del XVIII; se llevó por delante la ermita de Nuestra Señora del Soto, y se reedificó a la orilla del camino real.

En 1850 Caparroso contaba con varios hornos de pan, una escuela de niños cuyo maestro recibía 2.920 reales al año, otra de niñas cuya maestra percibía 730 «además de la retribución mensual de las concurrentes» (asistían a la primera 80 niños y a la segunda 36 niñas), había 12.000 robadas de regadío. Conservaba el molino harinero y contaba además con cuatro de aceite, tres calderas de aguardiente y telares de lienzos caseros. Continuaba la fabricación de esteras y otros utensilios de esparto. La construcción de la carretera de la Ribera en el siglo XVIII no sólo había mejorado las comunicaciones del lugar con la capital del reino y Tudela sino que le dio cierta importancia al situar en ella una de las Cadenas. Caparroso es por otra parte villa bardenera. Caparroso contó con un hospital, posiblemente su fundación fue anterior al siglo XVIII siendo propiedad de la Cofradía de Santa María y de Santa Catalina. En 1738 se hizo cargo del Hospital la Congregación y Hospitalidad del Divino Pastor, cuidando espiritual y corporalmente a enfermos pobres, en régimen de clausura, pues los religiosos sólo podían salir a la calle para pedir limosna que les permitiera sufragar los gastos del Hospital. Sin embargo esta Congregación no pudo establecerse de forma definitiva en Caparroso, pues otras Comunidades religiosas de Olite, Peralta y Tafalla se opusieron basándose en que las Constituciones Eclesiásticas y Seculares prohibían la apertura de nuevas casas religiosas en veinte kilómetros a la redonda de las ya establecidas. En 1749, por disposición de D. Gaspar de Miranda, Obispo de Pamplona, el Hospital pasó a estar bajo la tutela del Cabildo eclesiástico de Caparroso, que atendía no sólo a enfermos pobres en el Hospital, sino también a enfermos necesitados en sus propios domicilios. En 1800 la reparación del edificio costó 700 pesos, con posterioridad las tropas francesas, que durante la guerra de la Independencia permanecieron cuatro meses en Caparroso la utilizaron. Más tarde dependió del Ayuntamiento, que en 1862 vendió el edificio antiguo, levantando otro que por falta de atención en poco tiempo, quedó en estado lamentable.

CASTILLO. Dominando la villa, cerca de donde están las ruinas de la primitiva iglesia parroquial, estuvo emplazado el antiguo castillo fortificado por Alfonso el Batallador, que defendía Caparroso en la época medieval. En 1276, Pedro Pérez de Oria prestó homenaje por él a la reina Juana. Alfonso Díaz de Morentin lo hizo por la torre real, que constituía una fortificación aparte, integrada en el recinto de la villa. En 1280, siendo alcaide Fernando Ruiz de Baños, se hizo un horno para cocer pan y se recubrió con piedra el terrado de la torre. Diez años después, siéndolo Miguel López de Uroz volvió a repararse la torre y las guaytas o garitas, y se rehizo la casa o vivienda del alcaide. En 1305 y 1307 se hicieron obras en el establo, junto a la torre, y en la puerta, que se había hundido. Era alcaide Pedro Sánchez de Falces. También se rehicieron los cimientos del muro exterior, que se corrieron. Unos años después, en 1328, tenía el castillo por donación del rey don Alfonso de España. Carlos II confió la guarda en 1363 a Lope de Ochoa de Lerga, al cual cupo la responsabilidad poco después de tener prisionero en sus calabozos al famoso Oliver de Mauny, llamado Oliver Claquín, uno de los caudillos de las temibles Grandes Compañías. El castillo de Caparroso fue uno de los primeros de Navarra que contó con cañones para su defensa. En 1378, siendo alcaide Jaquel de Hanguet, se instaló una pieza de artillería, con su soporte de madera, que costó 70 florines. Simultáneamente, se emprendieron obras de fortificación, que duraban en 1380. Por entonces, la retenencia suponía 4 libras en dinero y 20 cahíces de trigo. En 1386 se hizo cargo del castillo con todas sus rentas Juan de Bearne, capitán de Lorda, como garantía de las 10.000 libras que había prestado al rey. Por su parte, Carlos III, en 1390, le hizo donación de las rentas de la villa, confirmándole en la retenencia del castillo. Las últimas obras de que hay noticia se hicieron en 1407. Poco después, todavía en los primeros años del siglo XV se produjo un corrimiento de las tierras en que se asentaba la fortaleza, a consecuencia de los cuales se desmoronó por completo.

IGLESIA DE SANTA FE. La parroquia de Santa Fe es un templo gótico-renacentista, erigido en la segunda mitad del siglo XVI, entre 1564, año en que proporcionó las trazas Juan de Villarreal y 1589, año de finalización de las obras que estuvieron a cargo del cantero de Ichaso, Domingo de Eztala. En planta forma una cruz latina con cabecera recta, cuyos tramos se cubren, por bóvedas estrelladas con nervios de sección mixtilínea y claves decoradas. En el siglo XVII se construyó el coro de los pies y en el siglo XVIII se levantó la capilla de Nuestra Señora del Rosario con un esquema centralizado con cúpula muy decorada con yeserías. Su exterior presenta muros de ladrillo con el basamento de sillar y contrafuertes diagonales. La portada pertenece a la segunda mitad del siglo XVIII y la torre cuenta con un cuerpo de campanas barroco edificado por Juan de Larrea y Juan Antonio Ximénez en 1718. En su interior destaca un buen conjunto de obras barrocas de la segunda mitad del siglo XVII y del XVIII. El retablo mayor llena por completo el muro de la cabecera y es una de las mejores obras del foco tudelano de época barroca. Su realización se debió llevar a cabo a fines del siglo XVII, en tanto que la policromía se contrató en 1754 con Juan Ángel y Lucas de Olleta, doradores de Tudela y Andrés Mata de Carear, bajo el condicionado de José del Rey. La planta de esta pieza ofrece unos movimientos en particular en la calle central, con los que se logran especiales efectos de perspectiva; por su estructura y decoración es una de las obras más interesantes del período churrigueresco en Navarra. También es destacable el sagrario expositor con forma de templete abierto. La iconografía que contiene el retablo es de diferente cronología y estilo: los relieves de la Ascensión y Pentecostés del banco y los de San Esteban y San Lorenzo del sagrario, así como las imágenes de San Pedro y San Pablo pertenecen a un retablo anterior que labró en la primera mitad del siglo XVII el escultor Juan de Bazcardo, natural de Caparroso. Las esculturas de la titular, los ángeles y el Calvario son, como el resto del retablo, obra de fines del siglo XVII. Los colaterales están dedicados a San José y a San Francisco Javier, aquél es obra de hacia 1700 y éste es del mismo taller que el mayor y por tanto de fines del siglo XVII, cronología a la que también pertenecen los lienzos de San Francisco Javier bautizando a los infieles y la Ascensión, obras de Vicente Berdusán de 1695. En la capilla del Rosario hay otro pequeño retablo barroco del primer tercio del siglo XVIII, época a la que también pertenece la sillería coral. De los muros del templo cuelgan algunos lienzos barrocos de la segunda mitad del siglo XVII. En la sacristía se guardan dos cálices de estilo rococó de la segunda mitad del siglo XVIII de procedencia mejicana, así como otras piezas de platería del siglo XIX.

La parroquia antigua de Santa Fe está situada en la zona más alta del pueblo, en una colina y se encuentra en la actualidad en estado ruinoso. Se trata de un edificio gótico del siglo XIV que puede reconstruirse gracias a los muros perimetrales y a los alzados del presbiterio y tramo anterior, que aún se conservan en pie. Presenta nave única de amplias proporciones con pequeñas capillas rectangulares a la altura del crucero y cabecera pentagonal. En sus alzados destacan los capiteles en los que apoyan las bóvedas de crucería simple y gallonada en la cabecera, todas con nervios moldurados. La portada es de arco apuntado con múltiples arquivoltas y capiteles corridos decorados con pámpanos. La iglesia de Cristo Rey es un edificio en cuyo interior hay que reseñar una escultura del Crucificado que procede de la parroquia medieval. Es de estilo gótico de fines del XIII o primera mitad del XIV, aunque su iconografía sigue modelos románicos de Cristo en Majestad, con cuatro clavos y los brazos dispuestos de manera perpendicular al cuerpo.

ERMITA. En las afueras del pueblo y cruzando el río Aragón se localiza la ermita de la Virgen del Soto, construida entre 1739, año en que se solicitó el oportuno permiso y 1759 en que se trasladó a la titular a la nueva construcción. En planta forma una cruz latina con amplio crucero y cabecera recta con el coro alto a los pies y camarín hexagonal tras la capilla mayor al mismo nivel del templo. En el interior sus cubiertas de medio cañón con lunetos y media naranja del crucero están totalmente decoradas con pinturas de 1775 realizadas por Andrés Mata que otorgan al conjunto una espectacularidad ajena a otras obras de este tipo en Navarra. Toda esa decoración finge complejos marcos de rocalla en los que se desarrollan escenas y figuraciones variadas de tema mariano y cristológico. Su exterior muestra muros de sillar y manpostería con verdugadas de ladrillo con los correspondientes contrafuertes y la fachada sigue modelos conventuales que se adaptan en este caso al barroquismo dieciochesco.

En su interior se conservan cinco retablos de estilo rococó realizados por el escultor y arquitecto Miguel Zufía a partir de 1757 y en el mayor se venera a la titular, que es una escultura romanista de comienzos del siglo XVII y probablemente obra del escultor Juan de Bazcardo con una ejecución extremadamente cuidada. Del dorado y de algunas pinturas de los retablos se encargaron Santiago Conget y Andrés Mata años más tarde. No obstante hay algún lienzo, como el de San Isidro, de escuela madrileña, que fue traído de la Corte en 1774 y se relaciona con el estilo de los seguidores de Mengs.

ARQUITECTURA CIVIL. Pocos son los ejemplos de arquitectura doméstica de los siglos de la Edad Moderna que se han conservado; tan sólo algún escudo barroco con inscripción. Todavía queda en pie el puente de piedra sobre el río Aragón con arcadas de medio punto del que se tienen noticias de sucesivos arreglos en el siglo XVIII.